lunes, 9 de junio de 2008

CABALLEROS, ORDENES Y BLASONES.

Infantes, así llamada en justificada abreviatura y sobrada referencia a su noble personalidad. Villanueva de los Infantes es tierra de piedras viejas y nobles, casas blasonadas y devotas. De ordenes caballerescas, Calatrava y Santiago. Una tierra de otros tiempos, en los que la honra era mas importante que la bolsa y ambas escaseaban. Este año se celebraba la sexta edición del certamen de pintura rápida organizado por la asociación Arteaga Alfaro y siempre se me ha dado bien, de hecho demasiado bien. Aquí gane el año pasado el primer premio, por eso desde hacia una semana me venia planteando no acudir este año. Es una norma no escrita que el pintor que consigue un primer premio en una plaza no acuda al año siguiente. Pero con lo especial que me resulta este concurso y el interés con que tratan siempre a los pintores que acudimos (creo que es el primer concurso donde se insta al jurado por megafonía a terminar con su deliberación), ¿cómo no acudir?. Lo estuve meditando hasta la misma noche antes y pensé que habiendo veinte premios mejor participar que arrepentirme de no hacerlo. Madrugon y tres horas de camino, y en el momento del sellado intente renunciar a los primeros premios, pero un lacónico “no esta contemplado en las bases” y mi torpe intento de explicar que no era cuestión de vanidad sino de simple respeto a mis compañeros, zanjaron el asunto entre miradas de reojo. Pero no fue hasta que Antonio, buen valenciano, me revelo la clave. “¿No gano el “madri” el año pasado la liga? ¿y no se ha presentado de nuevo y la ha vuelto ha ganar?”. Asunto zanjado, al lío. Un par de horas de búsqueda y de varios intentos en vano de no perderme y por fin encuentro el motivo. Justo en una esquina cerca de la plaza mayor, un tema que se adaptaba bien al formato de la tabla elegido, un ciento veinte por sesenta. Ciento veintiocho obras de lo mejorcito en pintura rapida, una exposición de lujo con el mejor de los escenarios, acompañado este año por un conjunto de esculturas en bronce del mismísimo Hidalgo, su sempiterno escudero y sus mas o menos nobles y enjutas cabalgaduras, mas bien cabalgablandas. Lo mejor que tiene este concurso es que como toda buena plaza manchega invita al dialogo e impide la dispersión de los agotados pintores. Así supe que Alfonso arriesgo tirandose a los verdes, salude a Camilo que hacia meses que no lo veia atreviéndose con el oleo, Angulo me explico de nuevo su teoría del péndulo, que viene a decir que si un pintor consigue muchos premios un año, al siguiente no se come un torrao, que Pinedo no había madrugado para levantarse puesto que ni se había acostado y una resaca y unas buenas ojeras daban fe de ello, Daniel sigue con sus exitos con los comics y seguia con sus negociaciones con su otro yo, que Cristóbal usa un bonito laca geranio casi de la señorita Pepis, que Manolo Plaza pinta sus nubes mirando mas en su corazon que al cielo, Que el otro Cristóbal sigue debiéndome un cuadro y que seguramente tardara en pagármelo, Que Manolo y Joaquina, se han comprado una casita en Avila, y que Javier tenia claro que como todos los demás saldrían pitando para Segovia en cuanto fallasen los premios.

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