miércoles, 18 de junio de 2008

AVILA, Y DE PASO CHINCHILLA.



¿Por qué tardaran tanto?. - El día ha sido largo, el motivo que me gusta, como siempre a pleno sol. Bueno, medio bote de filtro solar y todo arreglado. Ya están subiendo a la tarima. Vaya, hay un par de jurados que todavía no se han quitado las gafas de sol. A menudo, muchos jurados usan gafas de sol para mirar los cuadros y emitir su fallo. Mucho mas a menudo el filtro que les impide ver mejor las obras es de otro tipo. Ya se anima la cosa, los papeles en la mano son los diplomas y el acta con los premiados. Menudo día, ocho horas pintando a pleno sol, estoy reventado. ¿Dónde habrán ido a parar los tres litros de agua que me he bebido?. Lo peor no ha sido el calor, no señor, lo peor ha sido pintar justo delante de unos cuatro o cinco asadores y la sinfonía de aromas mezclado con el de la leña quemándose entre los jugos hacían de mi estomago otro tipo de melodía menos agradable. Patatas revolconas, Judías del Barco, el Chuletón, incluso creo oler unas natillas caseras que me dicen que deje de pintar y me siente a yantar. Nunca hago caso de cantos de sirenas y menos si van acompañadas de los cánticos de mis tripas. En una especie de estúpida penitencia, los que pintamos en estos concursos solemos desayunar bien y no comer hasta terminar el concurso, a veces directamente la cena. Ya empiezan con los nombres. Al principio deseas no estar entre los primeros nombres puesto que el orden de los premios es inverso a su cuantía, siendo los últimos clasificados los primeros en salir. Muchas veces los últimos premios suelen ser de unos trescientos euros, mala paga para ocho horas de trabajo y muchos años de oficio. Y menos si descontamos gastos como alojamiento, comidas o combustible. Cuando llegan los medianos, ya unos respetables quinientos o seiscientos euros dices “con estos ya me conformo” pero una vocecilla interior te repite incansable “todavía no, todavía no, a por los primeros” y cuando solo quedan uno o dos por salir deseas haber salido de los primeros. Vaya!, mi nombre, es emocionante cuando dicen tu nombre en voz alta y toda la gente te aplaude. Algún compañero de buena cuna incluso te silva y oyes un “venga campeón”. Los aplausos son doblemente agradecidos cuando vienen de un compañero. Me gusta tomármelo con calma, me acerco tranquilamente a coger mi cuadro entre los aplausos de la gente y algún que otro “bonito cuadro”. Mañana cuando este en el curro volveré al anonimato absoluto, pero ahora disfruto de mi pequeño minuto de anonimato glorioso. Subo a al escenario, uno, dos, tres, cuatro escalones, con la emoción y el temblor en el cuerpo busco la mano del patrocinador “gracias”, veo una sonrisa sincera que intento devolver y me giro directamente al publico. Levanto el cuadro con una mano, me gusta hacerlo porque noto como los aplausos suben en decibelios sobre todo por los de la ultima fila que agradecen el gesto. Incluso los que están cerca me escuchan un solemne “excalibur!” como si acabase de arrancar el mismísimo acero de la roca. Es en este momento, de no mas de dos o tres segundos en que se me agolpan todas las sensaciones del día. La fatiga, la ilusión, los kilómetros, el sueño, lo recuerdo todo mezclado en el mejor de los cócteles que te suben la autoestima y el bolsillo. Lastima que haya sido mención de honor y el talón sea de sesenta euros, al menos conservo el cuadro. Después supe que Jose Maria, incansable artista y concursante, fiel a su estilo lejos de modas y ajeno a jurados caprichosos, se llevo el primer premio dotado con tres mil euros. Me alegre por el, vendí mi cuadro y di el día por bueno. Aun quedaban trescientos kilómetros hasta Chinchilla, cerca de Albacete y nos volveríamos a ver las caras.

3 comentarios:

Javier Lorente dijo...

Bravo maestro. No pude pintar en Chinchilla porque coincidió con otro concurso que me pillaba más a mano. Menos mal que no fuí, porque yo gané el primer premio y al lado de tu cuadro no hubiese tenido nada que hacer. Felicidades, no por tu segundo premio, sino por la obra. Es de lo mejor que te he visto. ¿Ves? no necesitas repetir la línea blanca del asfalto para construir alrededor de ella todo un mundo de abstracciones y sugerencias. Nos vemos en el Retiro?

Anónimo dijo...

Machote, hay que poner entradicas nuevas... o te borro de "misfavoritos". Por que de pintar no paras. Que lo se yo. Buen color y acabado en Almansa.

Anónimo dijo...

AVISO IMPORTANTE A TODOS LOS QUE VISTAN ESTE BLOG:

¡Vivo esta!

Recientemente se le ha visto en varios pueblos de la peninsula cargado con su instrumental de trabajo. Fue dificil la identificación pues suele permanecer oculto bajo una fina pelicula de pintura acrilica y gafas de sol pero la obra confirma sin lugar a dudas su identidad.